domingo, 24 de octubre de 2010

SEGUROS MARÍTIMOS

El seguro marítimo es pionero en el campo de los seguros en general, los primeros riesgos asegurados fueron los de la navegación. Si un barco se hundía eran muchas las pérdidas, pérdidas que afectaban a muchas personas. Por lo cual ante tal riesgo era preciso un seguro.

Los estudiosos datan el origen del seguro marítimo en la Antigüedad. Los comerciantes chinos instalaban sus mercancías en unas embarcaciones endebles que descendían por la corriente de grandes ríos. Para evitar la ruina total de algún comerciante la disponían de tal manera que cada embarcación contuviera una parte de cada comerciante.

Y es que durante la Antigüedad se utilizaron técnicas de seguro más o menos rudimentarias. El Código de Hammurabi promocionó la creación de una asociación que se encargaba de dar una nueva nave a los mercaderes que perdían su nave en una tempestad.

En Grecia, durante la Antigüedad apareció el contrato de préstamo a la gruesa, por lo que el prestamista debería perdonar el préstamo hecho al comerciante para financiar el viaje si el barco se perdía durante el transcurso del mismo, fuese por la causa que fuese. En el siglo IX a. de C., las Leyes de Rodas establecieron las bases del procedimiento de la avería a la gruesa. Esta práctica fue usada hasta bien entrada la Edad Media.

Durante los siglos XII-XIII se produjo un gran desarrollo del seguro marítimo. La primera póliza de seguros que se denominó como tal se hizo en Génova en 1347. En Portugal, en el último tercio del siglo XIV, se desarrolló un seguro, que podríamos decir que era de carácter obligatorio, para buques de mas de 50 toneladas. Fue muy importante el papel que jugó Barcelona ya que ésta era una importante ciudad mercantil. Sus comerciantes organizaron el denominado Consulado del Mar, que disponían de representantes en las principales ciudades del Mediterráneo. Esta organización promulgó las llamadas Ordenanzas de Barcelona en 1435. Esta normativa sentó las bases del seguro marítimo. Era la primera ley que se establecía sobre el seguro marítimo. Su contenido ideológico, ya depurado y enriquecido con otras normativas futuras, puede encontrarse en el Código de Comercio de 1829 y en el que hoy está vigente.

También fueron importantes las Ordenanzas de Burgos de 1538, la de Sevilla de 1556 para el seguro marítimo en el comercio con Las Indias y las de Bilbao de 1560. Importantes éstas en la Historia del seguro en España. Después de éstas aparecieron las ordenanzas de Venecia, Florencia y Génova.

En el siglo XVII el imperio colonial británico dominaba los mares y por ello impulsaron novedades en el seguro marítimo. En 1668 Edward Lloyd era un propietario de una cafetería de Londres cuyo establecimiento servía de reunión para tratar los negocios que tenían una estrecha relación con el comercio marítimo. Por lo cual le hace dedicar el local a la actividad del seguro combinada con la del propio establecimiento. Incluso en 1692 tiene que ampliar el espacio del local y por ello tiene que trasladarse a otra zona de Londres.

Después de varios altibajos, se conformó lo que hoy se conoce como Lloyd’s como una auténtica bolsa de seguros donde los inversores (Names) constituidos en sindicatos (Sindicates) confían su dinero en los suscriptores (Underwriters) que aceptan riesgos en nombre de aquellos y contra el conjunto del capital disponible en cada sindicato. En 1871, el Parlamento inglés concede el Decreto mediante el cual se da entrada al Lloyd’s en el Registro de Corporaciones.

En 1884 se fundó el ILU (Institute of London Underwriters), el cual tanto protagonismo ha tenido en el siglo XX en el seguro marítimo. Ha sido tradicionalmente una entidad de aseguradores que constituidos en ‘rooms’ han estado ejerciendo hasta la última década del siglo pasado la misma actividad que los sindicatos del Lloyd’s, donde las compañías no tenían permitido ejercer ni invertir institucionalmente. Ha sido una de las referentes técnicas más importantes del seguro marítimo. Sus cláusulas son hoy utilizadas por aseguradores de todo el mundo y reconocidas y aceptadas por prácticamente todos los organismos de comercio internacional y especialmente por la Cámara de Comercio Internacional de París que, a día de hoy, las sigue considerando idóneas para la cobertura de operaciones comerciales que impliquen transportes.

Las inadecuadas prácticas de la década de los 80 llevaron al Lloyd’s y al ILU a sufrir la crisis más importante de su Historia que concluyó con la reforma del Lloyd’s que tuvo que permitir la entrada de las compañías para capitalizarse y la desaparición del ILU que, asociado con la LIRMA (London International Insurance and Reinsurance Market Association), se convirtió en el IUA que es una entidad de investigación, consulta y referencia de buena práctica del mercado inglés pero que en la actualidad no suscribe.

Hay otras instituciones importantes que hacen un importante papel en el seguro marítimo, como es el American Institute of Marine Underwriters que desde 1927 es referente en el mundo asegurador.

Hay muchas asociaciones nacionales que trabajan con profesionales del sector en el seguro marítimo. Es el caso de UNESPA en España.

El reaseguro también ha sido y es importante para lo relacionado con el mar, dado los cúmulos de riesgos que se corren en una empresa marítima. Es más, el reaseguro surgió por primera vez con la navegación comercial, llevándose a cabo el primer contrato conocido de reaseguro en Génova en 1370.

En cuanto a cifras, el seguro marítimo supone un 33% dentro del ramo de transportes, si bien, son muy pocas las compañías las que acaparan gran parte de la totalidad de estas pólizas. Para los años 2003 y 2004 fueron 176.802.907 € y 187.271.364 € respectivamente las primas que se manejaron para el seguro marítimo que supusieron 109.244 y 122.246 pólizas respectivamente. Dentro del seguro marítimo, el seguro de cascos es el 86 % de las primas emitidas, del cual, un 22 % pertenece a las embarcaciones de recreo.

Como conclusión podríamos decir lo siguiente:

El seguro marítimo tiene su origen histórico en los precedentes de la Historia del Seguro, allá por la Antigüedad. La primera póliza tanto de seguros como de reaseguro se firmaron en Génova en 1347 y en 1370 respectivamente, ambas relacionadas con el seguro marítimo. En España hubo un hito muy decisivo para la Historia del Seguro español en general y del seguro marítimo en particular. Fueron las Ordenanzas de Barcelona de 1435 promulgadas por el Consulado del Mar, sentando lo que fue el precedente del Código de Comercio actual. Otro hito bastante decisivo fueron las Ordenanzas consulares de 1556 promulgadas en Sevilla, que estructuraron el seguro marítimo que tenía relación con el comercio con América. Los que estructuraron el seguro marítimo internacional fueron el Lloyd’s y el ILU. Las cláusulas utilizadas por el ILU aún hoy son utilizadas en el seguro marítimo.

Podríamos entonces decir que Sevilla tuvo una gran importancia en la Historia del Seguro en general y en el seguro marítimo en particular debido a las Ordenanzas consulares de 1556 promulgadas en Sevilla y en las que, entre otras cuestiones, se reglamentaba el Seguro Marítimo para el comercio indiano, es decir, americano. Y esta importancia es mayor si consideramos que los orígenes históricos del seguro y del reaseguro se encuentran en el transporte marítimo.

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