El pasado domingo, al término de la misa de tarde, un varón de unos treinta años de edad que según la policía tenía las facultades mentales mermadas subió al camarín del Señor, se subió a la peana y salvó el cristal de seguridad que lo separaba del Señor. Seguidamente empezó a zarandearlo para tirarlo de tan mala manera que le arrancó un brazo y rasgó la túnica. Este varón fue detenido por unos policías que se encontraban en la Basílica como feligreses. La hermandad le pidió una comprobación al escultor Álvarez Duarte que vio que el corte era limpio en la sujeción de la articulación. De esta manera, las medidas de la Junta de Gobierno de la Hermandad del Gran Poder han sido retirarlo del culto y restaurarlo, cosa que estará listo en unos días. Menos mal que va a ser una agresión reparable.
Desde este humilde blog queremos condenar esta agresión a uno de los mayores patrimonios artísticos y devocionales de esta ciudad, además de ser a una hermandad que tiene tantos lazos de unión con la hermandad de San Gil.
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