El profesor de la Universidad de Sevilla nos presentó en 2010 este libro totalmente novedoso para la historiografía española ya que relata como el sentimiento de Estado-Nación Español nació en Sevilla en plena Guerra de la Independencia contra los franceses de Napoleón. En este libro nos encontramos la siguiente reseña: "Con la formación de su Junta Suprema, en mayo de 1808, Sevilla protagonizó un papel extraordinario en la guerra contra Napoleón. El triunfo de su ejército en Bailén, y la rendición de la escuadra francesa en Cádiz, le dieron un prestigio insospechado. Los contemporáneos compararon el éxito de Bailén —el Valmy español— al 'sacudimiento súbito de un terremoto... que casi en el mismo día conmovió todos los puntos de esta vasta Monarquía y se comunicó de uno a otro pueblo con la misma velocidad que los estremecimientos de la tierra' (Martínez de la Rosa). Con estos antecedentes, este libro propone la tesis de que el nacimiento de la nueva nación española —que fue la obsesión principal de la generación de 1808— tuvo lugar en Sevilla cuando, con la instalación posterior en ella de la Junta Central, la ciudad se convirtió en capital de la nación en guerra. El hecho es de una gran trascendencia, porque en tan corto período histórico, hasta ahora tan poco conocido, Sevilla fue el centro desde donde al mismo tiempo que se dirigió la guerra contra Napoleón, se llevó a cabo el proceso de reforma política que dio lugar a la transición del Absolutismo al Liberalismo. Especial empeño se ha dedicado en esta investigación a la recreación del ambiente político y social, en el cual, en medio de un debate intelectual vivísimo, se echaron las bases políticas del nuevo Estado liberal que, después, hizo posible el desmantelamiento del Antiguo Régimen".
La historiografía pega un salto en la Historia de 1808 a 1810 como si en medio no hubiera ocurrido nada y en ella se creó la Junta Central Suprema que se trasladó de Aranjuez a Sevilla. Ello es motivado al gran prestigio que tuvo Cádiz ya que en ella discurrieron las Cortes y se promulgó la 1ª Constitución y a la vergonzante rápida rendición de Sevilla ante los franceses. Según cuenta Moreno Alonso esta rendición no fue tan bochornosa sino que más bien fue un traslado de la Junta Central de Sevilla a Cádiz ya que ésta última era más fácil de defender.
Cuando la Junta Central se trasladó con sus intelectuales y funcionarios a Sevilla, ésta se convirtió en la Capital de la Nación pero no a titulo nominal sino desde donde se hace la Nación. Desde el Real Alcázar se llevaron a cabo las operaciones tanto de la reforma política como de las maniobras militares contra los franceses. En estas operaciones destaca Jovellanos. Cuando llegan las Cortes de Cádiz ya estaba todo casi hecho. En Sevilla la Nación había dejado de ser patrimonio del rey y se había convertido en un sentimiento colectivo que estaba dominado por ideas de independencia, patria, soberanía nacional y opinión pública. En Sevilla nació la Nación Española en plena guerra independentista contra Napoleón. Debido al heroísmo que tuvo la ciudad, a Sevilla le otorgó el rey Fernando VII el título de Muy Heroica en 1817.
Sevilla no sólo llevó el hispanismo a América, no sólo nació en ella la Nación Española sino que también como curiosidad del hispanismo de Sevilla, Isidoro de Sevilla, en sus 'Etimologías', llega a decir que el nombre de Hispania (que con el tiempo derivó en el actual España) tiene su origen en Ispani, el topónimo fenicio-púnico que luego los romanos pasaron a llamar Híspalis y que en la actualidad es la ciudad de Sevilla. Es decir, según Isidoro de Sevilla, el nombre originario de Sevilla es el originario del de España.
Sevilla no sólo llevó el hispanismo a América, no sólo nació en ella la Nación Española sino que también como curiosidad del hispanismo de Sevilla, Isidoro de Sevilla, en sus 'Etimologías', llega a decir que el nombre de Hispania (que con el tiempo derivó en el actual España) tiene su origen en Ispani, el topónimo fenicio-púnico que luego los romanos pasaron a llamar Híspalis y que en la actualidad es la ciudad de Sevilla. Es decir, según Isidoro de Sevilla, el nombre originario de Sevilla es el originario del de España.
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