Llegó la Cuaresma y con ella (la abdicación del Papa y el Cónclave) los Quinarios, Septenarios y Vía Crucis. La Hermandad de La Macarena ha amadrinado una nueva imagen mariana, se ha presentado un nuevo manto de camarín para la Virgen del Rosario, La Macarena de Miami ha pasado unos días en la Basílica tras su restauración y, sobre todo, se ha realizado el tradicional Vía Crucis que ha llegado a Santa Marina por petición de la Hermandad de Torreblanca en donde se encontraba su titular con motivo de la participación de su imagen cristífera en el Vía Crucis del Año de la Fe (ambos representan la misma estación).
El Vía Crucis del Año de la Fe llegó con el riesgo de lluvia que provocó que se suspendiera y se realizara en la Catedral con la Cruz de Guía del Silencio y el Lignum Crucis de la Vera Cruz pero sin imágenes y en su lugar catorce cruces de penitente de la Hermandad de Santa Cruz. Sin embargo, hubo hermandades que quisieron sacar sus pasos y, sobre todo, la Hermandad de Torreblanca pidió presidir el Vía Crucis en la Catedral en solitario. Esta solicitud fue denegada y sacó su paso afuera de la puerta ojival de Santa Marina para rezar su estación. Fue una jornada de visitas de pasos en el que pudimos ver detalles como los lazos de San Esteban con el nombre de las otras advocaciones cristíferas del Martes Santo (algunas coincidían con sus cartelas), la calavera colocada en el paso de Pasión y el exorno floral del Cristo del Cachorro a base de flores silvestres.
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