Al-Ándalus tenía su núcleo fuerte en el sur de la península. Por ello, tras acabar la reconquista a este territorio se le comenzó a llamar Andalucía.
Los colores que representaban a los andalusíes eran el verde de los omeyas y, más tarde, el blanco de los almohades. En Sevilla, tras la reconquista el Pendón de la Ciudad carmesí pasó a ser el símbolo de la ciudad. A pesar de ello, el pueblo siguió considerando los colores andalusíes como sus colores representativos como así se demuestra al sustraer un pendón verde de Omnium Sanctorum para amotinarse en 1521 y enarbolarlo como su símbolo. Naturalmente, con la conquista y colonización de América, los galeones llevaban banderas verdiblancas como se ve en la Virgen de los Navegantes, así como sobre las murallas de la ciudad como se ven en las vistas de Sevilla en los siglos modernos.
Tras las investigaciones que realizó el Teniente de Navío Julián Guillé sobre este último tema para así pensar en la bandera de la Exposición Iberoamericana de 1929 que se celebró en Sevilla, se decidió que estuviera representada por las banderas de España, Portugal y América. La bandera de América fue representada por una bandera a rayas verdiblancas. Es decir, esta bandera representa a Sevilla, Andalucía y América.
Esta bandera la podemos ver en las imágenes de la inauguración de la Exposición Iberoamericana así como en carteles publicitarios. En el último cartel podemos ver ondeando la bandera verdiblanca de América en el Stadium de la Exposición (actual Estadio Benito Villamarín) y se da la casualidad que actualmente este estadio es propiedad de un club de fútbol cuyo equipo viste una camiseta a rayas verdiblancas.
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