Desde que comenzó el siglo XX Sevilla quiso celebrar un acontecimiento internacional. Así sucedió con la Exposición Iberoamericana que se fue postergando hasta celebrarse finalmente en 1929 (junto a la Exposición Internacional de Barcelona). Por distintos motivos no tuvo el éxito suficiente. Ya con la democracia se celebró la Exposición Universal de 1992 que resultó ser todo un éxito. Curiosamente ese mismo año se celebró en Barcelona los Juegos Olímpicos que también fueron un éxito. Ambos acontecimientos cambiaron la imagen de España: ahora éramos un país moderno y democratizado. Si las Olimpiadas de Barcelona llegó de la mano del presidente barcelonés del COI José Antonio Samaranch, la Expo fue promovida por los sevillanos Felipe González y Alfonso Guerra, presidente y vicepresidente del Gobierno socialista de la Nación.
Fruto del éxito del olimpismo español con Barcelona y de la Expo de Sevilla apareció la idea de celebrar unas Olimpiadas en la capital del Guadalquivir. La idea la planteó el alcalde Alejandro Rojas-Marcos (al que luego le seguiría Alfredo Sánchez Monteseirín) presentando la candidatura en 1994 para las Olimpiadas de 2004. Pero Sevilla no pasó el primer corte del COI.
Sin embargo se volvió a presentar para las Olimpiadas de 2008. Volvió a no pasar el primer corte y las razones esgrimidas por el COI fueron las mismas: falta de infraestructuras deportivas y carencias de plazas hoteleras y de transportes aunque lo que más dolió fue la frase que definía a Sevilla como "ciudad mediana de mediana entidad".
De nuevo se volvió a presentar para las Olimpiadas de 2012 aunque en competencia con Madrid. La idea de Madrid se venía barruntando desde mucho antes. Se planteó la idea de una doble candidatura aunque ésto no hubiera funcionado ya que el COI premia la concentración. En una votación del COE en enero de 2003 ganó la candidatura madrileña. A partir de ese momento la alcaldía sevillana dijo que esperaría cuatro olimpiadas después de ganar Madrid y sólo se presentaría si el COE así se lo pidiera (cosa que parece bastante improbable) y que no fuera en competencia con otra candidatura española. Terminaba así el sueño olímpico de Sevilla, de momento.
En el camino quedaron eventos deportivos como el Campeonato Europeo de Natación de 1997 celebrado en el Pabellón de San Pablo, el Campeonato Europeo de Halterofilia de 1997, el Campeonato Mundial de Gimnasia Rítmica de 1998, el Campeonato Mundial de Atletismo en 1999 (antes el Campeonato de España de Atletismo), el Campeonato Mundial de Bádminton en 2001, el Campeonato Mundial de Remo en 2002 y el Campeonato Mundial de Piragüismo en 2002. Pero, sobre todo, quedó el espléndido Estadio Olímpico de La Cartuja que se inauguró en 1999 para que sirviera para los Mundiales de Atletismo. La idea era que tanto el Sevilla como el Betis se trasladaran al Estadio Olímpico pero ninguno de los dos quiso con lo que a día de hoy este estadio está infrautilizado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario