sábado, 10 de diciembre de 2011

Historia de la Universidad de Sevilla: (1ª parte) Colegio-Universidad de Santa María de Jesús

"Universidad" en su origen no indicaba un centro de estudios sino una agremiación o "sindicato" o asociación corporativa que protegía intereses de las personas dedicadas al oficio del saber. La palabra "Universidad" procede del latín UNIVERSITAS, nombre abstracto formado sobre el adjetivo UNIVERSUS-A-UM ("todo", "entero", "universal"), derivado a la vez de UNUS-A-UM ("uno").

En el latín medieval UNIVERSITAS se empleó originariamente para designar cualquier comunidad o corporación considerada en su aspecto colectivo. Cuando se usaba en su sentido moderno denotando un cuerpo dedicado a la enseñanza y a la educación requería la adicción de un complemento para redondear su significado "UNIVERSITAS MAGISTRORUM ET SCHOLARIUM". Entendida la Universidad como generadora del saber, se le atribuyó el carácter de "Alma Mater" en el sentido de engendrar y transformar al hombre por obra de la ciencia y el saber.

En Andalucía, las fundaciones universitarias comenzaron en el siglo XVI, aunque el 18 de diciembre de 1256 el rey Alfonso X dio un privilegio a la ciudad de Sevilla para crear en ella "estudio y escuelas generales de Latín i Arábigo". Pero esto no se llevó a la práctica.

En 1502, durante su estancia en la ciudad, los Reyes Católicos concedieron al Ayuntamiento de Sevilla una Real Cédula mediante la cual le otorgaban licencia para fundar un Estudio General con «cátedras en las que se leyese Teología o Cánones o Leyes o Medicina y otras artes liberales», aunque nada se hizo para darle cumplimiento hasta 1551, en que el ayuntamiento la cede al Colegio Santa María de Jesús.

Así pues, no puede considerarse el año de 1502 como de constitución de la universidad. Fueron los mismos colegiales los que pretendieron, ya en el siglo XVII, hacer creer que la real cédula era el origen jurídico de Santa María de Jesús.

Fue tres años más tarde, en 1505, cuando el arcediano de la Catedral de Sevilla, Maese Rodrigo Fernández de Santaella obtuvo una bula del papa Julio II (sí, sí, el mismo mecenas de Miguel Ángel, el mismo que ordenó la decoración de la bóveda de la Capilla Sixtina y no dudó en coger la espada para defender los territorios del papado). Esta bula autoriza para erigir en la ciudad de Sevilla un Colegio y Universidad y permitiéndole las enseñanzas de «Artes, Lógica, Filosofía, Teología, Derecho Canónico y Civil».

Dicha bula fue confirmada tres años después, en 1508, por el mismo pontífice, quien establecía para estos centros los mismos privilegios de que disfrutaban las otras universidades del reino y añadía los estudios de Medicina. La admisión de los primeros estudiantes se hacía en el año 1516. El edificio del Colegio-Universidad de Santa María de Jesús, ubicado en la Puerta de Jerez, se terminó en 1517. Un año después tomaron posesión de la casa, bienes y derechos los primeros doce colegiales, que eligieron como Rector al bachiller Iñigo de Rosales.

Conviene señalar que en sus orígenes, nuestra Universidad estaba integrada por dos centros de distinta índole. Por una parte el Colegio, y por otra la Universidad propiamente dicha, ambos con el nombre de Santa María de Jesús, aunque vulgarmente conocidos como el Colegio-Universidad Maese Rodrigo.

El Colegio, pensado inicialmente para acoger a estudiantes pobres, se fue transformando en una institución cerrada para los estamentos superiores, en contradicción con sus orígenes. Los vínculos familiares y el estatuto de limpieza de sangre fueron convirtiendo a los colegiales en una "casta selecta", destinada a cubrir las mejores plazas de la magistratura, de la política y de la jerarquía eclesiástica (prebendados, canónigos, inquisidores, obispos...).


Arriba la Capilla de Santa María de Jesús (actualmente perteneciente al Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla) en la Puerta de Jerez, el único vestigio que queda del Colegio-Universidad de Santa María de Jesús junto a la puerta del Colegio-Universidad (abajo) que en 1920 fue trasladada al compás del convento de Santa Clara, antes de derribar el edificio.

FUENTE: UNIVERSIDAD DE SEVILLA

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