Mucho está haciendo esta alcaldía para la restauración de zonas de Sevilla que eran necesarias como la Alameda de Hércules, la Plaza de España, el Convento de Santa Clara o las tan polémicas setas de La Encarnación (que como opinión personal decir que queda más estético que la explanada que había antes), aparte del tranvía, El Metro y la peatonalización de varias calles emblemáticas de Sevilla con su consiguiente revalorización aunque por el camino quede alguna factura falsa que otra y algún que otro incremento del presupuesto de la obra que aquí no viene al caso. Y mejor no mencionar las farolas de IKEA donde hay callecitas estrechas que no se sabe si es una farola o un arco.
Pero en estos días en que la Semana Santa está cerca vemos que lugares como la sede canónica de la Hermandad de La Exaltación, es decir, la Parroquia de Santa Catalina que es una de las iglesias más antiguas de Sevilla en la que no se lleva su restauración a cabo debido a la falta de apoyo del Ayuntamiento y del Arzobispado y que parece que están dejando que el paso del tiempo lo derribe. El viernes pasado incluso vimos la colocación de velas y una corona de flores en su puerta como si se estuviera anunciando una muerte.
Otro monumento emblemático en el corazón de la Macarena es el Palacio del Pumarejo en la plaza del mismo nombre, cuyos vecinos llevan diez años en lucha por su restauración.
Otro monumento emblemático en el corazón de la Macarena es el Palacio del Pumarejo en la plaza del mismo nombre, cuyos vecinos llevan diez años en lucha por su restauración.
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