El Domingo de Ramos despertó radiante. Cuando La Paz salió ya empezamos a sentir que íbamos a vivir la Pasión según Sevilla, una gran Semana Santa. El calor y la bulla fue la nota predominante del día donde la entrada de La Borriquita solo se podía ver desde la calle Cuna de gente que había. Precioso fue el ver pasar a la Amargura por Conde de Torrejón a los sones de 'Amargura'. Vivimos otros tiempos con los candelabros de guardabrisas de La Cena y, por supuesto, el paso por las Setas de La Encarnación de esta hermandad, de San Roque y de La Hiniesta (ésta última era muy bella verla desde la Plaza Mayor ya de noche así como su entrada en San Julián a altas horas de la madrugada). Alucinamos con el pasacalles en la Plaza de Molviedro para ver la salida de Jesús Despojado a los sones de 'Sevilla tiene un color especial'. Y brillante fue ver pasar a La Estrella por el Puente de Triana. Fue imposible ver El Amor por el Duque dado el bullicio pero ese caluroso día no hacia presagiar la Semana Santa que viviríamos.
Cuando llegó el Lunes Santo ya tuvimos la mala noticia de que el Polígono de San Pablo no salía dado el riesgo de lluvia. Ese hecho asustó a Santa Genoveva que retrasó su salida media hora pero que luego recuperó ese tiempo dejando una imagen inédita pasando por la Avenida de la Constitución en contramano. Pero una tras otra fueron saliendo y pudimos enmudecer con el paso de Santa Marta, y aplaudir con San Gonzalo y Las Aguas a su paso por La Campana. El silencio al paso de Vera-Cruz fue total, una imagen que no la empaña ni la mole de cemento de El Corte Inglés. Solemne fue ver pasar a Las Penas y conmovedora la salida de El Museo. Y, para terminar ese Lunes Santo, nos dejó boquiabiertos la entrada de La Redención.
Pero en el Martes Santo ya llegó la lluvia en la que una hermandad tras otra fueron suspendiendo su Estación de Penitencia con la curiosidad del intento de salida de Los Javieres tras ese extraño voto de calidad y que al abrir las puertas no lo permitió el intenso aguacero que caía en ese momento. Menos mal que parecía que La Bofetá iba arreglar esa jornada cofrade pero cuando el paso estaba ya en la calle enfilando Conde de Barajas la intensa lluvia que cada vez se hacía más fuerte provocó que la cofradía tuviera que dar la vuelta.
El Miércoles Santo la lluvia dio una tregua y pudimos disfrutar de los estrenos del El Carmen Doloroso (incluida su Cruz de Guía), de la salida de La Sed, de San Bernardo pasando por el puente de su barrio iluminado por los bomberos, de El Buen Fin que en cualquier punto de su itinerario es bonito, de La Lanzada por la Alameda de Hércules, del Cristo de Burgos por La Encarnación, de la salida de Los Panaderos. Pero cuando veíamos las entradas de El Baratillo, de Las Siete Palabras y de la Virgen de Regla queríamos congelar ese momento porque temíamos que ese fuera el final prematuro de la Semana Santa de 2011 dada la previsión meteorológica tan pesimista que teníamos.
Y así fue porque la maldita lluvia nos arrebató los tres días más grandes de la Semana Santa. Nos dejó sin Jueves Santo, nos dejó sin Madrugá que no ocurría desde La Republica y entonces fue por motivos políticos (cuando vimos pasar a los Armaos de La Macarena presentimos que eso iba a ser lo único que íbamos a vivir aquella noche) y sin Viernes Santo.
El Sábado Santo parecía que iba a ser mejor tras anunciar su salida El Sol aunque luego Los Servitas anunció que no salía. La alegría fue máxima cuando La Trinidad decidió salir a la calle pero con el Sagrado Decreto de La Trinidad en la calle y el Cristo de Las Cinco Llagas a punto de salir tuvo que dar la vuelta debido a la lluvia que se hacia más intensa. En ese momento El Sol se tuvo que refugiar en la Catedral para volver a salir a las 9 de la noche y llegar a su templo a medianoche ya sin riesgo de lluvia anunciando un Domingo de Resurrección que fue glorioso para El Resucitado poniendo así un final a una Semana Santa que muchos cofrades no mantendremos en el recuerdo.
Tan solo 27 de las 60 hermandades han hecho su Estación de Penitencia. Parece como si hubiéramos tenido algo muy cerca y que nos lo hubieran arrebatado. Ha pasado la Semana Santa y parece que no ha sido. Como curiosidad, este año es el 75 Aniversario de que La Macarena llegó al Templo de la Universidad (La Anunciación), pues bien, ni esta hermandad, ni Los Estudiantes, ni El Valle (que actualmente reside en dicho templo), ni tampoco Las Cigarreras (que antiguamente residía en la actual capilla de la Universidad) han podido salir pero como está soliendo ser el tópico de estos días: el año que viene será.
Cuando llegó el Lunes Santo ya tuvimos la mala noticia de que el Polígono de San Pablo no salía dado el riesgo de lluvia. Ese hecho asustó a Santa Genoveva que retrasó su salida media hora pero que luego recuperó ese tiempo dejando una imagen inédita pasando por la Avenida de la Constitución en contramano. Pero una tras otra fueron saliendo y pudimos enmudecer con el paso de Santa Marta, y aplaudir con San Gonzalo y Las Aguas a su paso por La Campana. El silencio al paso de Vera-Cruz fue total, una imagen que no la empaña ni la mole de cemento de El Corte Inglés. Solemne fue ver pasar a Las Penas y conmovedora la salida de El Museo. Y, para terminar ese Lunes Santo, nos dejó boquiabiertos la entrada de La Redención.
Pero en el Martes Santo ya llegó la lluvia en la que una hermandad tras otra fueron suspendiendo su Estación de Penitencia con la curiosidad del intento de salida de Los Javieres tras ese extraño voto de calidad y que al abrir las puertas no lo permitió el intenso aguacero que caía en ese momento. Menos mal que parecía que La Bofetá iba arreglar esa jornada cofrade pero cuando el paso estaba ya en la calle enfilando Conde de Barajas la intensa lluvia que cada vez se hacía más fuerte provocó que la cofradía tuviera que dar la vuelta.
El Miércoles Santo la lluvia dio una tregua y pudimos disfrutar de los estrenos del El Carmen Doloroso (incluida su Cruz de Guía), de la salida de La Sed, de San Bernardo pasando por el puente de su barrio iluminado por los bomberos, de El Buen Fin que en cualquier punto de su itinerario es bonito, de La Lanzada por la Alameda de Hércules, del Cristo de Burgos por La Encarnación, de la salida de Los Panaderos. Pero cuando veíamos las entradas de El Baratillo, de Las Siete Palabras y de la Virgen de Regla queríamos congelar ese momento porque temíamos que ese fuera el final prematuro de la Semana Santa de 2011 dada la previsión meteorológica tan pesimista que teníamos.
Y así fue porque la maldita lluvia nos arrebató los tres días más grandes de la Semana Santa. Nos dejó sin Jueves Santo, nos dejó sin Madrugá que no ocurría desde La Republica y entonces fue por motivos políticos (cuando vimos pasar a los Armaos de La Macarena presentimos que eso iba a ser lo único que íbamos a vivir aquella noche) y sin Viernes Santo.
El Sábado Santo parecía que iba a ser mejor tras anunciar su salida El Sol aunque luego Los Servitas anunció que no salía. La alegría fue máxima cuando La Trinidad decidió salir a la calle pero con el Sagrado Decreto de La Trinidad en la calle y el Cristo de Las Cinco Llagas a punto de salir tuvo que dar la vuelta debido a la lluvia que se hacia más intensa. En ese momento El Sol se tuvo que refugiar en la Catedral para volver a salir a las 9 de la noche y llegar a su templo a medianoche ya sin riesgo de lluvia anunciando un Domingo de Resurrección que fue glorioso para El Resucitado poniendo así un final a una Semana Santa que muchos cofrades no mantendremos en el recuerdo.
Tan solo 27 de las 60 hermandades han hecho su Estación de Penitencia. Parece como si hubiéramos tenido algo muy cerca y que nos lo hubieran arrebatado. Ha pasado la Semana Santa y parece que no ha sido. Como curiosidad, este año es el 75 Aniversario de que La Macarena llegó al Templo de la Universidad (La Anunciación), pues bien, ni esta hermandad, ni Los Estudiantes, ni El Valle (que actualmente reside en dicho templo), ni tampoco Las Cigarreras (que antiguamente residía en la actual capilla de la Universidad) han podido salir pero como está soliendo ser el tópico de estos días: el año que viene será.